El duelo entre Palestina y Omán será determinante para definir el cuarto clasificado del Grupo B rumbo a la siguiente fase del proceso mundialista. Omán parte con ventaja de un punto, por lo que el empate le basta. Palestina, en cambio, necesita ganar. El partido se disputará en campo neutral, lo que iguala aún más el contexto y anticipa un encuentro cerrado y de alta tensión.
El equipo de Abu Jazar ha reaccionado con fuerza en el tramo final del grupo: venció a Irak (2:1) y a Kuwait (2:0), recuperando opciones reales de clasificación. Mostró solidez defensiva, pero sufre con la eficacia ofensiva: promedia un gol por partido y en estos dos últimos duelos necesitó 31 remates para convertir apenas cuatro tantos. Ante Kuwait, a pesar del triunfo, tuvo solo un 34% de posesión.
Omán ha tenido un camino irregular, alternando victorias y tropiezos. Suma 10 puntos y ya venció a Palestina en la primera vuelta (1:0). Sin embargo, su imagen se deterioró tras el 0:3 frente a Jordania. En sus últimos seis encuentros del clasificatorio, apenas anotó tres goles. En cuatro de esos partidos, el marcador total no superó los 2,5 goles. Su fortaleza está en el orden defensivo y el control del ritmo.
Dado que a Omán le sirve el empate y Palestina no destaca por su pegada, se espera un partido táctico y trabado. Omán ha perdido solo uno de sus últimos cinco enfrentamientos directos contra Palestina y sabrá manejar los tiempos. Con el pase en juego y el miedo al error presente en ambos bandos, un duelo con pocos goles y ventaja psicológica para Omán parece el escenario más probable.